Un abono o fertilizante es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, etc…

Ejemplos naturales o ecológicos de abono se encuentran tanto en el clásico estiércol, mezclado con los desechos de la agricultura como el forraje, o en el guano formado por los excrementos de las aves (por ejemplo de corral, como el de la gallina).

Las plantas no necesitan compuestos complejos del tipo de las vitaminas o los aminoácidos esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todo lo que precisan; solo requieren diecisiete elementos químicos que deben presentarse en una forma que la planta pueda absorber.

Dentro de esta limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual eficiencia en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco puro.

La acción consistente en aportar un abono se llama fertilización.

Los abonos, junto a las enmiendas, forman parte de los productos fertilizantes.

Los abonos han sido utilizados desde la antigüedad, cuando se añadían al suelo, de manera empírica, los fosfatos de los huesos (calcinados o no), el nitrógeno de las deyecciones animales y humanas o el potasio de las cenizas.

Para facilitaros la búsqueda del abono que necesitáis os ofrecemos tres maneras de hacerlo.

La primera es por el tipo de efecto que tienen sobre las plantas y serían los usos siguientes:

La siguiente forma es seleccionando algunas de las 18 marcas de que disponemos.

Esto os mostrará todos los productos que tenemos de esa marca.

Son las siguientes:

Y por último podéis seleccionar por las características del producto.

Dispones de 15 opciones a elegir:

Un abono o fertilizante es cualquier tipo de sustancia orgánica o inorgánica que contiene nutrientes en formas asimilables por las plantas, para mantener o incrementar el contenido de estos elementos en el suelo, mejorar la calidad del sustrato a nivel nutricional, estimular el crecimiento vegetativo de las plantas, etc.

Ejemplos naturales o ecológicos de abono se encuentran tanto en el clásico estiércol, mezclado con los desechos de la agricultura como el forraje, o en el guano formado por los excrementos de las aves (por ejemplo de corral, como el de la gallina).

Las plantas no necesitan compuestos complejos del tipo de las vitaminas o los aminoacidos esenciales en la nutrición humana, pues sintetizan todo lo que precisan; solo requieren diecisiete elementos químicos que deben presentarse en una forma que la planta pueda absorber.

Dentro de esta limitación, el nitrógeno, por ejemplo, puede administrarse con igual eficiencia en forma de urea, nitratos, compuestos de amonio o amoníaco puro.

La acción consistente en aportar un abono se llama fertilización.

Los abonos, junto a las enmiendas, forman parte de los productos fertilizantes.

Los abonos han sido utilizados desde la antigüedad, cuando se añadían al suelo, de manera empírica, los fosfatos de los huesos (calcinados o no), el nitrógeno de las deyecciones animales y humanas o el potasio de las cenizas.

También , los fertilizantes son compuestos o mezclas que enriquecen el suelo para que las plantas se desarrollan mejor.

Para facilitaros la búsqueda del abono que necesitáis os ofrecemos tres maneras de hacerlo.

La primera es por el tipo de efecto que tienen sobre las plantas y serían los usos siguientes:

La siguiente forma es seleccionando algunas de las 18 marcas de que disponemos.

Esto os mostrará todos los productos que tenemos de esa marca.

Son las siguientes:

Y por último podéis seleccionar por las características del producto.

Dispones de 15 opciones a elegir: