Descripción
La Borraja es una especie fanerógama , nativa de las regiones eurosiberiana y mediterránea (S de Europa).
Es empleada tradicionalmente en la gastronomía de algunas partes de España, en concreto en Aragón, La Rioja, Navarra y Valle del Ebro, en Europa, en Grecia es plato habitual como entrante y se utiliza también en Italia), Francia y Alemania.
La planta se cultiva con mucha facilidad.
Cuando se recolecta, suelen cortarse las hojas basales para ser empleadas como verdura, las flores se recolectan más adelante.
Normalmente en las huertas donde se ha plantado, ella misma se resiembra.
Las flores se recolectan en primavera en un día seco y su desecación ha de ser rápida.
La variedad cultivada normalmente es la de flor blanca, y silvestre la de flor azul.
Se Emplea como verdura y se recolecta prácticamente todo el año.
La forma de cocinarla es variada, pues se emplea de diferentes maneras toda la planta, desde los tallos, hasta las hojas.
De modo que son múltiples sus formas de cocinarla para sopas y caldos cortos, aprovechando el agua de cocción rica en minerales.
En crudo hojas y tallos tiernos para ensaladas.
Cocida o al vapor los tallos limpios de pelillos de la forma tradicional o con múltiples acompañantes.
En forma de postres sus hojas endulzadas y fritas.
Salteadas una vez cocidos sus tallos, acompañadas de ajitos tiernos y setas en forma de revueltos con huevo.
Dentro de una tortilla española.
O en forma de zumos e infusiones.
La versatilidad de esta planta solo la limita la imaginación del cocinero.
Es muy estimada gastronómicamente en ciertas partes de España.
Desde antiguo se considera que tiene efectos beneficiosos.
Hoy se lo usa en medicina popular como diurético, sudorífico, contra la inflamación de próstata, antiestrés y emoliente de la piel.
Para beneficiarse de las propiedades sudoríficas se emplean las flores, que se toman en infusión.
Las hojas se emplean en decocción para provocar diuresis (a veces se solía dar a los enfermos con agua con sal como si fueran espinacas) y como emplastos de función emoliente.
El aceite de semillas de borraja actúa como emoliente y tonificante.
Se lo considera beneficioso para las afecciones de piel, por su contenido en niacina o ácido nicótico.
Suaviza o ablanda la piel y las mucosas, pero es muy potente y necesita supervisión médica. El aceite es rico en ácido gamma-linolénico que nuestro organismo transforma en prostaglandinas.
Es bueno para la tensión arterial alta, el exceso de colesterol, y la regulación de estrógenos.
Los tratamientos prolongados deben ser cuidadosos por la presencia de alcaloides pirrolizidínicos tóxicos para el hígado.
El uso de la borraja a nivel capilar, gracias a su elevado contenido en ácido linoleico, se considera que fortalece el cabello.
Antiguamente se decía que el agua de borrajas en infusión de sus flores, era estimulante del corazón.
En la cultura popular existe la expresión «acabar en agua de borrajas», aplicándose a aquella circunstancia que, pareciendo que tendrá trascendencia, finaliza sin importancia alguna.
El origen de la expresión hace referencia al sutil sabor y escaso poder nutritivo del caldo hecho con borrajas, a pesar de que su limpieza y cocción exigen el mismo cuidado en su elaboración que cualquier otra verdura más sabrosa.
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